Conflictos con las prepagas

Un conflicto se incumba en la medicina privada, luego que la paritaria de la Sanidad acordó una suba del 25 por ciento en tres cuotas para los 70.000 trabajadores de clínicas, sanatorios, establecimientos geriátricos, psiquiátricos y entidades prestadoras de servicios de salud. El aumento arranca en agosto con un 15%, otro 8% en diciembre y un 2% desde febrero de 2013,pero como no se autorizo la suba de cuota, se niegan a pagar los aumentos salariales.

Sin embargo, la principal cámara empresaria – ADECRA- dice que no los puede pagar porque la Superintendencia de Servicios de Salud, ahora a cargo de la santacruceña Beatriz Korenfeld, y la Secretaria de Comercio Interior, de Guillermo Moreno, no autorizaron el aumento a las prepagas.
 Y entonces estas entidades no les reconocen a las clínicas y sanatorios los mayores honorarios y aranceles que surgen del incremento de los costos, incluidos los que se originan en la paritaria.

“Una vez que nos autoricen a subir las cuotas, en la misma proporción, les actualizamos a ustedes”, les dijeron las prepagas a ADECRA. Con este esquema, las clínicas y sanatorios dicen ser el jamón del sándwich.

Previendo estos aumentos, semanas atrás y como marca la ley de medicina privada, las prepagas pidieron a la Superintendencia la autorización para aumentar las cuotas un 15% y otro 9% en diciembre. Y hasta mandaron cartas a sus afiliados anunciándoles el aumento solicitado. De inmediato, a través de un comunicado, la Superintendencia aclaró que no había autorizado ningún aumento .

Las clínicas descuentan que, como viene pasando en los últimos años, las prepagas obtendrán la autorización para subir las cuotas. Lo que les preocupa es la demora y el porcentaje que finalmente autoricen porque argumentan que, sin actualización, no podrían pagar los salarios con aumento. Y eso llevaría a un conflicto con FATSA, el sindicato que agrupa a médicos, enfermeras, mucamas y personal administrativo.

Al Gobierno le preocupa la incidencia de la suba de la cuota en la inflación y en le humor de la clase media.

Las prepagas tienen 2 millones de afiliados voluntarios y otros 4 millones que derivan sus aportes a través de una obra social. Pero también evalúan el impacto de eventuales paros si los trabajadores no cobran el aumento.

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